La corte suprema de Brasil dictaminó este miércoles juzgar al expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado en 2022, lo que lo expone a una dura pena de prisión y mina sus aspiraciones de volver a la presidencia.
La fiscalía brasileña imputó a Jair Bolsonaro en febrero por supuestamente liderar una organización criminal que buscó impedir la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones en 2022.
En un país todavía marcado por la memoria de la última dictadura militar (1964-1985), el juicio contra el expresidente, de 70 años, quien se ha declarado nostálgico de ese periodo, promete ser histórico.
Los cinco magistrados de la primera sala del Supremo Tribunal Federal (STF) votaron por unanimidad abrir el proceso.
Que un antiguo presidente sea sometido a un juicio político o penal no es tan excepcional en Brasil, lo inédito es que vaya a sentarse en el banquillo por golpismo. Jair Messias Bolsonaro está acusado de maniobrar para aferrarse al poder
— EL PAÍS América (@elpais_america) March 26, 2025
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Jair Bolsonaro, quien podría enfrentar una condena de unos 40 años de prisión, no compareció en la corte en Brasilia, contrariamente a la víspera, en el primer día de deliberaciones.
El líder de la oposición brasileña clama su inocencia y se declara un «perseguido».
Aunque inhabilitado políticamente, Bolsonaro mantiene su voluntad de aspirar volver a la presidencia en las elecciones de 2026, ante un Lula en caída de popularidad.
Los analistas estiman que es poco probable que sea detenido preventivamente, por lo que debería aguardar su juicio en libertad.
Junto a Bolsonaro, serán juzgados siete colaboradores, incluidos exministros como Walter Braga Netto (Defensa) y Anderson Torres (Justicia), y un excomandante de la Marina, según decidió la corte.