Un grupo de arqueólogos del Instituto de Bioarqueologia Centro Mallqui reconoció al pastor chiribaya como una raza de perros que acompañó a los peruanos prehispánicos desde hace un milenio aproximadamente y cuyos descendientes aún circulan entre nosotros.
Desde 1993 hasta 2006, una serie de excavaciones en la zona desértica de Ilo, departamento de Moquegua, encontró 43 momias de perros cerca de sus dueños, también momificados. Todos estos restos reposaban en yacimientos del reino Chiribaya (900 – 1350 d. C.), una cultura preinca de raíces altiplánicas.
Esta raza tiene una nariz mediana, un esqueleto más largo que alto (características de trotador), extremidades similares a las de una liebre, lo que les permitía recorrer la arena sin hundirse; cola puntiaguda y orejas parcialmente caídas, similares a las de un golden retriever.
Además poseen un pelaje largo, principalmente beige, crema o amarillo, aunque algunos exhiben tonalidades rojizas con negro.
La Asociación Canófila Peruana – Unión Canófila Peruana y el Centro Mallqui ya sustentaron ante la Comisión de Cultura del Congreso de la República la importancia del proyecto de ley que busca reconocer oficialmente al pastor chiribaya como patrimonio vivo del Perú.
Otra raza autóctona de Perú y que también acompañó a los habitantes de estas tierras en la época prehispánica es el perro viringo o sin pelo, natural del norte peruano, principalmente de las zonas donde hoy es Piura.